Encadenados bajo el pecado
La apostasía de la Iglesia parece haber llegado al límite, pero no me sorprendería si todo empeorara. La iglesia tiene que comprender que es hora de ponerse las baterías. El enemigo está ganando terreno. Muchas veces creemos que estamos bien, pero la iglesia, está pasando por una ceguera espiritual tremenda. El pecado a tomado las riendas, lo peor de todo esto es que se está viendo como bueno. ¿Por qué suceden estas cosas? Nos estamos descuidando, estamos tomando el evangelio como nos conviene. El Señor va a traer juicio a causa de todas estas barbaridades que están sucediendo dentro de la Iglesia de Dios. Tengamos la certeza de que el juicio comenzará por nosotros.
Un pastor fue a predicar a otra iglesia. Comenzó a predicar y terminó hablando sobre el mal de la fornicación entre los jóvenes cristianos de hoy. ¿Por qué he puesto este tema en este blog de apostasía? No por el simple hecho del pecado que rodeaba la situación, sino por la respuesta que dio la esposa del pastor.
-¿Qué? Yo no sabía que eso era pecado. Yo misma llevo a mi hija a los moteles.
Uno comprendería la situación si la persona que dijo eso hubiera sido alguien reciente que no conozca la palabra. ¡Aquellas palabras vinieron de la esposa del pastor. ¿Qué está sucediendo con la Iglesia de Dios? Nosotros quienes debemos ser luz, la esperanza de este mundo, estamos retrocediendo a Egipto. En vez de avanzar estamos retrocediendo. Sé que esto está pre escrito en la Biblia, pero aun asi no dejo de impresionarme. Nosotros no estamos cumpliendo el papel que debemos cumplir. Nos estamos perdiendo con aquellos que debemos sacar de la perdición. Estamos en un profundo Sueño. Es hora de detenerse y preguntarse cuál es la senda antigua.
¿Saben cuál es el mayor problema de la iglesia? Quieren servir a Dios, quieren los beneficios de ser cristianos, pero no quieren sacrificarse. Sabemos según la palabra de Dios, que a los tibios él los vomitará. Queremos los espiritual, pero no queremos soltar lo carnal. No podemos seguir queriendo satisfacer os deseos de la carne. ¡Es hora de decir ya basta! Es hora de preocuparnos por lo espiritual. Es hora de parar de jugar con Dios. Hay que darnos cuenta que esto no es un juego. Al final rendiremos cuenta. Con Dios no se juega. Hoy que estás a tiempo, si ya basta. Aunque el diablo te diga que tú puedes, cree, todo lo puedes en Cristo que te fortalece. Las cosas de Dios no son un juego. Dios es amor pero a la misma vez es fuego consumidor. Recuerda, el satisfacer los deseos de la carne, nos lleva a la muerte.
Jahaira A.