Recordemos a Judas Iscariote
“Recordemos a Judas, que aparentaba ser cristiano; incluso, comía con el Maestro, y tenía el demonio dentro; pues eso dijo Jesús de él, y lo bendijo”. (Opinión de un forista en Ekklesia Viva).
Es cierto; Judas APARENTABA ser un discípulo del Señor, pero no lo era.
Nunca hubo en él una verdadera conversión a su Maestro, el Señor Jesucristo. Era un típico religioso, de los cuales abundan lamentablemente en las congregaciones cristianas.
Pero Judas no estaba posesionado por el diablo; era un inconverso que aparentaba ser un discípulo del Señor.
Es posteriormente, al final del ministerio terrenal del Señor, cuando La Escritura dice: “Y ENTRÓ SATANÁS EN Judas, por sobrenombre Iscariote, el cual era uno del número de los doce” (Lucas 22.3).
“Guardaos de los falsos… por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?” (Mateo 7.15-16).
“Así, todo BUEN árbol da BUENOS frutos, pero el árbol MALO da frutos MALOS” (Mateo 7.17).
“NO PUEDE EL BUEN ÁRBOL DAR MALOS FRUTOS” (Mateo 7.18).
Podemos estar seguros que, si “dicen que son cristianos y cuando salen afuera pecan, se drogan, se emborrachan, estafan, roban, mienten, etc.” tales personas no han experimentado un verdadero encuentro con el Señor Jesucristo, nunca se han convertido al Señor, no han sido REGENERADOS por la Obra del Espíritu Santo y, por lo tanto, no son salvos y están bajo la maldición de Dios, y en peligro de la posesión demoníaca.
Judas estaba entre los que recibieron de Jesús la potestad y el poder.
Judas estaba entre los que echaron fuera demonios.
Judas estaba entre los que salieron a predicar y a sanar enfermos.
Lucas 9:1 “Y juntando á sus doce discípulos, les dio virtud y potestad sobre todos los demonios, y que sanasen enfermedades.”
Estas características en nada demuestran que ‘Judas tuvo que haber sido de Dios, hasta el momento en que cedió a las dudas y a la maldad’. Dice La Palabra de Dios: “Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán GRANDES SEÑALES Y PRODIGIOS, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. Ya os lo he dicho antes” (Mateo 24.24-25).
Notemos qué concepto tenía el Señor de aquellos falsos ungidos y profetas, que hacen grandes señales y prodigios. ¡Si sabremos nosotros los pastores que, a su vez, somos hijos de creyentes e hijos de pastores, acerca de cuántos falsos profetas se han levantado, aun en nuestra época!
Utilizando el Nombre del Señor y, por el poderoso Nombre del Señor realizan milagros, sanidades y maravillas. Quitan fuera demonios, invocando el Nombre del Señor. Pero, eso ¿qué? Veamos LOS FRUTOS de estos ‘creyentes’ y nos daremos cuenta que no son verdaderos convertidos al Señor.
Una de las sorpresas que nos hemos de llevar cuando estemos en el Cielo es no ver allí a muchos que esperábamos encontrar…
Tampoco dice La Biblia que Judas estaba convertido al Señor. Al contrario, ya estaba profetizado en el Salmo 109.6-19. De paso, citamos lo que dice el versículo 17 acerca de la actitud de Judas: “Amó la maldición, y ésta le sobrevino; y NO QUISO LA BENDICIÓN, Y ELLA SE ALEJÓ DE ÉL”.
No; evidentemente, no era del Señor y nunca lo fue.
El hecho de que un creyente haya caído en pecado no implica que nunca se haya convertido, que no sea salvo o que esté bajo maldición de Dios. Esto no está en discusión; es cierto: Gálatas 6.1
Pero el Señor no se refería a esta situación, cuando dijo: “Guardaos de los FALSOS… por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?” (Mateo 7.15-16).
“Así, todo BUEN árbol da BUENOS frutos, pero el árbol MALO da frutos MALOS” (Mateo 7.17) “NO PUEDE EL BUEN ÁRBOL DAR MALOS FRUTOS” (Mateo 7.18).
Apliquemos la lógica de La Palabra de Dios y no nuestra lógica, para conocer o diferenciar a un falso cristiano, de un verdadero cristiano.
No puede un buen árbol dar malos frutos. NO PUEDE.
Es imposible que se cosechen uvas de los espinos. IMPOSIBLE.
“MUCHOS me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no PROFETIZAMOS en tu Nombre, y en tu Nombre ECHAMOS FUERA DEMONIOS, y en tu Nombre HICIMOS MUCHOS MILAGROS?” (Mateo 7.22).
¿Cuándo comprenderemos que estas acciones NO son los frutos? “Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de Mí, HACEDORES DE MALDAD” (Mateo 7.23).
Marcos Andrés Nehoda
pastor