Hemos entrado por el portal del tercer milenio y, a esta altura deberíamos estar disfrutando no sólo de la plenitud y resplandor de los avances científicos y tecnológicos, sino también del mayor desarrollo y madurez cristiano, fruto del conocimiento y experiencia de dos milenios; pero lamentablemente la realidad no es esa.
Hay un gran esfuerzo por la competencia y el iglecrecimiento, hoy los números valen mucho, los cristianos e iglesias se cuentan por miles y millones. Sin embargo, los frutos esperados son tan contrapuestos a los descritos por la Biblia. El reverendo Randall Witting, director de la revista Apuntes Pastorales una vez puntualizó: “La iglesia se ha extendido como el mar, pero sólo tiene un centímetro de profundidad”, y el doctor Moisés Chávez, revisor principal de la Biblia Reina Valera 1995, enfatizó en un artículo publicado por el periódico La Verdad: “…y lo grave es que ese centímetro de profundidad se viene convirtiendo en caldo de cultivo de aberraciones doctrinales que intoxican y envenenan al pueblo de Dios”.
Un buen sector de la cristiandad cree que somos testigos del mayor avivamiento de todos los tiempos, que emerge una iglesia llena de éxito y prosperidad, de salud y riqueza, con la capacidad soberana de conquistar todos los reinos de este mundo, eso es lo que se oye de la boca de los profetas modernos y exclusivistas. Pero para otro sector bíblico y realista, nos hallamos dentro del remolino vertiginoso de una evidente apostasía mundial que ha enajenado a muchas iglesias denominacionales apartándolas de Cristo y Su Palabra. Las evidencias están a la vista, los cristos, apóstoles y profetas falsos están de moda. Luís Antonio Soto, el cristo solar, de la secta “Alfa y Omega”; Willian Soto Santiago, el cristo venezolano, líder de la secta “Piedra Angular”; Sun Myun Moon, el mesías coreano, fundador de la Iglesia de la Unificación; José Luis De Jesús Miranda, quien se cree ser la segunda manifestación del Hijo del Hombre en la tierra, líder de la secta “Creciendo en Gracia”, entre otros tantos.
Los pastores están quedando relegados a una segunda categoría ante la “restauración del ministerio apostólico y profético”. Como si el pastorado fuera ya un ministerio de poca importancia, muchos prefieren ser “apóstoles” o “profetas” y, resultan de la noche a la mañana autonombrados, lo triste sin los credenciales divinos que los acredite. Les preguntamos ¿quiénes son el sello de su apostolado y qué señales de apóstol tienen como evidencia de este ministerio? (1 Corintios 9:2; 2 Corintios 12:12). Ante el comezón de oír y sentirse bien de la gente, los mercaderes del evangelio vienen predicando un evangelio fácil y barato, de la oferta y la demanda, y por supuesto se están produciendo iglesias al gusto del consumidor.
Está de moda el argumento racionalista y mundano de que se necesita presentar la religión de manera creativa y visual. “Según esta premisa pragmática, casi todo es considerado apropiado: clásicos de rock an roll, rock pesado, rap, reguetón, música bailable y discoteca, comedia, payasos, mimos y hasta actos de magia son cosas que se han convertido en parte del repertorio ministerial evangélico”, argumenta el reverendo John MacArthur, pastor maestro y escritor norteamericano.
¿Cómo entender la realidad en que vivimos?, a más teología y teólogos, más ignorancia de la sana doctrina; a más ciencias bíblicas menos comprensión de la sencillez del evangelio de Cristo. En estas circunstancias paradójicas creemos que es tan válida y pertinente la exhortación de Pablo a Timoteo: "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra" (2 Timoteo 3:16-17), de igual manera la exhortación de Pedro a la Iglesia: "Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción. Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció. Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado" (2 Pedro 2:19-21). Sostenemos que la Biblia sigue siendo la Palabra de Dios, la única prueba real para cualquier experiencia o aseveración teológica.
Ante la confusión, falsedad y tráfico de la fe, se ha puesto de pie la Confederación de Iglesias Evangélicas Fundamentalistas del Perú (CIEF-Perú), y de otros países del mundo, como parte del Concilio Internacional de Iglesias Cristianas (CIIC). Predicamos el Evangelio de Cristo, edificamos a los santos y defendemos la fe bíblica y apostólica. La Iglesia está frente a una cruda apostasía, no podemos ignorarlo, sabemos por las Sagradas Escrituras que esta situación irá cada vez más de mal en peor antes que tenga lugar el Arrebatamiento o Rapto de la Iglesia fiel (2 Tesalonicenses 2:3-6, 1 Tesalonicenses 4:16-17). Entre tanto la Iglesia tiene que seguir predicando sin descanso, contendiendo ardientemente por la fe con valentía (Judas 3), tiene que asumir su rol (Filipenses 1:27), depender de Dios, y posesionado de la verdad bíblica, vivir separada del pecado, consecuente con el mensaje que predica (2 Corintios 6:14 al 7:1). Es menester que la Iglesia tome conciencia de su condición espiritual lamentable y busque al Señor en fe y arrepentimiento (Isaías 55:1-3).
* El pastor Víctor Pino pastorea la Iglesia Evangélica “Baluarte de la Verdad” en Chimbote, Perú. Además es director-fundador del Centro Evangélico de Investigaciones Religiosas “Berea” (CEIR - BEREA).
Fuente: ceirberea