Predicaba el gran Apóstol Pablo con respecto a la obra de Dios y al ministerio cristiano, es realmente admirable y contundente, este iluminado hombre de Dios no confundía las cosas, al mismo tiempo que se hacia el flaco, para atraer a los flacos, era también muy cuidadoso y escrupuloso con los que traían deshonra a la bendita causa de Cristo, y exhortaba a los hermanos a apartarse de los tales.
Al mismo tiempo que era tierno y blando como la que cría, por el bien de los cristianos fieles, también era inflexible y riguroso con los falsos creyentes a quienes llama corruptos, hinchados, locos, contenciosos.
Al mismo tiempo que quería presentar o entregar la Iglesia a Cristo como una virgen pura, también estuvo dispuesto a entregar a Satanás a aquel impío y lascivo que estaba dentro de la Iglesia de Corinto. Al mismo tiempo que se refería a sus colaboradores y ministros fieles llamándoles hijos, y tenia estrecha comunión con ellos, así también exhortaba firmemente en contra de los falsos predicadores, diciendo: guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros (Filipenses 3:2).
Según el diccionario una perrada es una acción villana, una traición, una perrera es una rabieta, una perrería es un conjunto de malas gente, una muerte de perros es morir sin arrepentirse. Porque San Pablo usa el termino de perros para los falsos hermanos y falsos predicadores, este calificativo era usado desde mucho antes de San Pablo, para personas viles e indignas, y fue aplicado por el Espíritu Santo de la misma manera en el A. T. en (Isaías 56:10-11) son llamados perros mudos, que aman el dormir, comilones que buscan su propio provecho cada uno por su lado. En el (Salmo 22:16) que es el salmo mesiánico, el Espíritu Santo usa al salmista David, para llamar perros a los que crucificaron a Cristo, "porque perros me han rodeado; me han cercado cuadrilla de malignos; horadaron mis manos y mis pies."
Y anteayer y ayer los hubo; hoy de que los hay los hay; y mañana también habrá perros, o sea malos obreros. Hay quienes dicen ser grandes profetas y profetizas, pero los tales espantan y desparraman las ovejas, pues se ha visto en ellos torpeza, cometen adulterio, andan en mentiras (Jeremías 23:2 y 14) " os alimentan con vanas esperanzas, hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová. (Jeremías 23:16); Y Asi con sus falsos mensajes se llevan miembros de otras congregaciones, se quedan con el dinero de los incautos, rompen matrimonios legítimos y los recasan con otras personas, y con relación a los tales es que el Apóstol San Pablo advierte: guardaos de los perros. Hay los que se creen ser grandes maestros, pero "sin entender ni lo que hablan, ni lo que afirman." (1 Timoteo 1:7). Que "con hipocresía hablan mentira, teniendo cauterizada la conciencia" (1 Timoteo 4:2).
"Maestros conforme a sus propias concupiscencias" (2 Timoteo 4:3), trastornan casa enteras, enseñando lo que no conviene por torpe ganancia" (Tito 1:11). Estos falsos maestros siempre tienen una carnada de una y de otra verdad Bíblica, y luego vienen una variedad de medias verdades, de aparentes verdades, abundancia de interpretaciones propias y convencionales, y un semillero de falacias y de engaños con ropaje de amor de compasión, de comprensión y humanismo; pero los tales traen sobre sí mismos perdición acelerada (2 Pedro 2:11). Y no olvidemos que con relación a estos falsos maestros San Pablo amonesta: Guardaos de los perros.
Hay quienes se consideran a si mismo ser grandes pastores, pero no alimentan el rebaño del Señor, con la verdadera Palabra de Dios y con la sana doctrina, no apacientan la Iglesia del Señor; la cual Él gano con su propia sangre (Hechos 20:28). Lo que le dan a los rebaños son interpretaciones humanas, dogmas, tradiciones, ceremonias, ritualismos, vanas filosofías, intelectualismo, humanismo, himnos con ritmos mundanos y sensuales, música de tierra adentro y de tierra afuera, se apacientan así mismos, mientras las ovejas se desparraman por falta de pastor (Ezequiel 34:2 y 9). Trasquilan la gorda y no corroboran la flacas (Ezequiel 34:3 y 21). Son perros mudos, soñolientos, aman el dormir, no conocen altura, cada uno mira a sus caminos, cada uno saca su propio provecho (Isaías 58:10-11). Lobos rapaces que se enseñorean del rebaño del Señor.