Todos los cristianos tenemos un gran deseo de ver como más y más gentes se entregan a Cristo, eso no cabe la menor de las dudas. Nos mueve un genuino anhelo de ver a las personas ser libradas de la potestad de las tinieblas, y ser trasladadas al reino del amado Hijo de Dios (Col. 1: 13). Para ello, oramos, testificamos y obramos en consecuencia, o así deberíamos hacer al menos.
No obstante, en toda nuestra obra de cumplimiento de la Gran Comisión, jamás deberemos olvidar que el fin NO justifica los medios. Con esto quiero decir que la manera de hacer las cosas para Dios, deberá ser en lo general y en lo particular, agradable al que nos ha comisionado, y no sólo verlo como un mero trámite para conseguir alcanzar metas u objetivos presuntamente salvíficos. En otras palabras, deberemos hacer las cosas al modo de Dios, y no al modo de los hombres. En este sentido, me preocupa grandemente una nueva táctica que se ha propagado en mayor o menor medida y con diferentes énfasis, por casi todo el tejido eclesial en estos últimos años, para “ganar almas” y discipularlas: Las células de gobierno.
1. Los grupos hogareños de estudio de la Palabra versus las “células de gobierno”
Acerca de los grupos caseros de estudio de la Biblia, donde los creyentes de una congregación, en grupitos se encuentran en diferentes hogares, y tienen un tiempo de koinonia, oración, evangelismo, estudio de la Palabra, etc., según sea el enfoque, no tengo nada que objetar, sino todo lo contrario, más bien alentar. Estos grupos son una buena manera como ayuda al desarrollo de la vida cristiana. Pero como iremos viendo, las “células”, y sobretodo como plantea el asunto César Castellanos, tiene un sentido muy diferente y contrapuesto.
Las células de Castellanos, no son los grupos hogareños
Las células de Castellanos, no son los aludidos grupos hogareños en absoluto. En primer lugar, Castellanos a su “visión del G12” (no olvidemos que no significa grupo de doce, sino gobierno de a doce), le llama “visión celular”, y le da la categoría de modelo a seguir para toda la Iglesia de Jesucristo, llamándola con el grandilocuente apelativo de “Revolución del siglo XXI” (1)
Tanta importancia le da Castellanos a su “descubrimiento”, que hasta llegar a declarar lo siguiente:
“la Iglesia de Jesús está compuesta por las células que la conforman, son la base y fundamento de la propia Iglesia” (2) (énfasis nuestro)
Analicemos metódicamente la siguiente declaración de César Castellanos. ¿Está la Iglesia de Jesucristo compuesta por los grupos de hogar? A nadie se le ocurriría hacer esa pregunta porque todo el mundo conoce esa respuesta. De la misma manera, la Iglesia de Jesucristo NO está compuesta por células, sino por personas.
Por otra parte, si lo que quiere decir Castellanos, es que los grupos hogareños y las células son prácticamente la misma cosa, ¿Qué ocurre con la iglesia que no tiene esos grupos? ¿Ya no es de Cristo? ¡Usemos la mente para pensar!
Pero al mencionar el término FUNDAMENTO, eso evoca un cariz absolutamente mucho más sobredimensionado. O bien Castellanos no sabe lo que dice, o bien todo lo contrario, pero su afirmación en cuanto a que el fundamento de la Iglesia de Jesucristo es, en este caso, las células, carece de posicionamiento doctrinal apostólico, más aún, cae en la simple y llana herejía. Leemos así en la Palabra acerca de cuál, o mejor expresado, de Quién es el FUNDAMENTO de la Iglesia:
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El único fundamento de la Iglesia de Jesucristo es el mismo Jesucristo, y no las “células”, vocablo y aún, concepto, que no encontramos en la Biblia por ningún lugar.
Pero, ¿por qué hablar de células? ¿Qué son las células? Y ¿qué tendrán que ver los grupos caseros de estudio de la Palabra con las células, si es que algo tienen que ver? Iremos viendo todas estas cosas a lo largo de esta presentación.
2. Las células y la teología postmilenarista
Sin ambages, Castellanos afirma lo siguiente en su libro “La Escalera del Éxito”:
“La Iglesia debe estar centrada en la estrategia celular” (énfasis nuestro)
Desde que la Iglesia es Iglesia, no ha existido ningún énfasis “celular”, y siempre ha subsistido como tal, cumpliendo con lo que la Cabeza, que es Cristo ha querido de ella. El problema es que eso no lo cree así Castellanos, ni los cientos de maestros dominionistas que actualmente han llegado a surgir por todas partes como hongos, sobre todo en el mundo carismático y neopentecostal.
Ellos creen y enseñan que la Iglesia no ha sabido estar a la altura del llamamiento de Cristo (por lo cual, indirectamente Cristo que es la Cabeza, también ha fallado), ya que no ha conseguido hasta la fecha establecer el Reino, alcanzar las naciones (4), cristianizar las naciones y conquistarlas para Él, pero que a partir de sus postulados neo reformistas (visión celular, nuevos apóstoles y profetas, etc.), será diferente. El propio Castellanos asegura como cosa hecha, y ya asumida lo siguiente:
“Nuestra meta es alcanzar las naciones…creo que no existe otra forma para tomar nuestra ciudad, nuestro país y al mundo para Cristo, si no es a través de la visión celular” (énfasis nuestro) (5)
Si nos damos cuenta, la “visión celular” de Castellanos, sería el modelo a seguir para, por fin, conseguir todas esas cosas mencionadas que jamás “logró” la Iglesia de Jesucristo hasta la fecha, ni tampoco logrará, por cierto, porque no es ese su rol aquí en la tierra y ahora. Pero para Castellanos, se debe imponer un “cambio de paradigma”; salir del “viejo paradigma”, y entrar en el “nuevo paradigma” (*). Como lo asegura él mismo:
“Si quieren que haya multiplicación, no pueden seguir en el viejo paradigma" (César Castellanos; Primera Palabra)
(*) (Nuevo Paradigma, es escuela de pensamiento de la Nueva Era de tipo esotérico) (6)
Sigue diciendo Castellanos:
“Debe ser un crecimiento donde debe haber la transición, o sea, el pasar de una iglesia tradicional a una iglesia celular” (7) (énfasis nuestro)
Indudablemente, la filosofía de las células como tales, parte de un posicionamiento postmilenarista, el cual enseña que el Reino es antes del Rey, siendo la Iglesia protagonista del avivamiento y reforma mundiales, y no Cristo en su venida gloriosa. Pero en realidad, es el engaño del diablo, y su intentona de establecer su Nuevo Orden Mundial utilizando todo lo que pueda del movimiento carismático y (o) similar. En su libro “El orden emergente”, de 1979, Jeremy Rifkin escribe:
“Estamos en los primeros pasos de una segunda reforma pentecostal…Mientras los Carismáticos están generando un potencial impulso liberador, el movimiento principal evangélico está empezando a proveer la necesaria reformulación de doctrina teológica que sea esencial para la creación de un nueva visión de pacto mundial…Si las fuerzas de orden carismático y evangélico del nuevo movimiento de la renovación cristiana se unen, y liberan energía con una nueva visión de pacto para la sociedad, será posible que un gran despertar religioso se produzca, tan potencialmente poderoso para levantar una segunda reforma protestante…que se levante entre ahora y el año 2000” (8)
¿Qué les parece esa declaración? ¡No se equivoquen!, permítanme aclararles que Rifkin es un gran economista y un autor de la Nueva Era (*). Sus predicciones empezaron a cumplirse en estos últimos años a través de los diferentes movimientos, uno de ellos es sin duda, el de la “visión celular” de Castellanos.
(*) La Nueva Era, es la oferta de las tinieblas para un “mañana mejor”. Parte de la propuesta del diablo a Eva: “seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” (Gn. 3: 5) y reúne y sincretiza todas las líneas de pensamiento, movimientos humanistas, religiones, creencias, esoterismo, ocultismo, artes, y un cada vez más largo etcétera que actúa a espaldas del Espíritu Santo, con el hipotético, engañoso, falso y blasfemo fin de hacer ascender al individuo a la categoría de Dios, por lo tanto, pretendiendo inútilmente hacer de él un ser independiente del Creador.
3. Pero, ¿qué es lo que es tan malo de las células?
Habiendo dejado claro que la cuestión nada tiene que ver con la agrupación de creyentes en las casas para entre otras cosas, estudiar la Palabra, me gustaría analizar el concepto que tiene Castellanos de qué son y deben ser sus células, teniendo en mente la falsa premisa que él mismo aduce acerca de que la Iglesia de Jesucristo “está compuesta por las células que la conforman, y son la base y fundamento de la propia Iglesia” (9)
Si tan importante es para Castellanos la célula como “unidad elemental de estructura” (10), en este caso, de la Iglesia (sólo en su imaginación, claro), deberíamos ver en qué consiste su entendimiento de la cuestión. Consideremos que a esa “visión celular”, Castellanos la llama en letras de molde, nada menos que, el “avivamiento postrero” (11).
En primer lugar, la célula de Castellanos nada tiene que ver con el concepto de grupo casero de estudio de la Biblia, ya que en ella se siguen las pautas que él mismo ha determinado y dispuesto de antemano, así como por el hecho de que deberá en definitiva constar de un número preciso y concreto de personas que estarán bajo el GOBIERNO de un “líder”. Ese número de personas, es de DOCE, número que en sí, expresa gobierno teocrático o perfecto.
Como tantas veces hemos apuntado ya en tantos artículos, e incidiremos de igual modo en el libro que el Dr. Antonio Bolainez y un servidor estamos ultimando, y que esperamos pronto saldrá a la calle, ese “modelo de gobierno de doce” manifestado en primera instancia en esa célula aludida como “unidad elemental de estructura”, es anticristo. ¿Por qué es anticristo? Porque pretende emular lo que sólo Cristo hizo, y pudo hacer por ser Quien fue.
Jesús manifestó el primer atisbo de gobierno teocrático, expresándolo sobre aquellos Doce, que Él mismo, efectivamente, lideró. La manifestación de ese Gobierno Teocrático no se ha producido, ni se producirá más, sino cuando regrese el Rey Jesucristo en gloria a este planeta, e inicie el Milenio. Por lo tanto, ese modelo celular, compuesto por un “líder” y “sus” doce, no está ni en la Biblia, ni en la economía de Dios, ni en Su voluntad.
Nos es menester reconocer, que existe una mente muy pensante detrás de las bambalinas, que ha urdido toda una filosofía pseudocristiana muy poderosa con la intención de intentar destruir la Iglesia de Jesucristo, la misma que Castellanos dice que su fundamento son las células. Obviamente esa mente es la de Satanás. Es el pensamiento e intención de profanar lo santo.
La “visión celular” de Castellanos no es más que un sistema autocrático (no teocrático), en el cual, una persona, asumiendo, aunque no lo entienda así, ser el cristo de sus doce, lidera su parcela conseguida por sus esfuerzos propios, y todo ello sumamente elogiado por el líder de todos los líderes del G12. Fíjense bien en la siguiente declaración de Castellanos:
“Cuando alguien descubre el poder y la autoridad que pueden ser desarrollados siendo líder de doce personas, entonces se preocupa por capacitarse, comprometerse, y por conseguir también sus doce” (énfasis nuestro) (12)
La preocupación por capacitarse y comprometerse, supuestamente en el Señor, es para Castellanos, cuando uno llega a descubrir las mieles del “poder y la autoridad” que se consiguen al estar al frente de sus doce. ¡Cuán lejos está ese planteamiento carnal, del bíblico que nos enseña que toda preocupación por capacitarnos y comprometernos para la obra, deberá partir del amor a Dios y a los demás, para servir a Dios y a los demás!
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La meta a priori de la “visión celular”, es la de formar “líderes” de cada uno de los doce de cada previo “líder”. Así lo enseña Castellanos:
“Una célula de éxito es aquella en la que se han preparado doce líderes, los cuales están listos para ser enviados. El nivel de éxito en el cual se encuentra cada célula, está representado por el nivel de éxito de cada uno de los líderes preparados para dirigirla” (13)
Como tantas veces hemos apuntado, el término éxito es de lo más manido en el vocabulario de Castellanos, tanto, que llega a sonar reiterativo, y así lo es también el vocablo “líder”. De ambas cosas ya hemos argumentado suficientemente en muchos otros artículos de la serie “G12; Revelando la realidad del gobierno de doce”. Sólo añadir aquí que ambos términos están prácticamente ausentes en la Palabra de Dios.
¡Líderes y Éxito! Todo ello no es más que un apelar a la carne y al ego del ingenuo seguidor del G12.
En los grupos hogareños de estudio de la Biblia, nada de todo eso existe. Allí sólo debe haber camaradería, estudio de la Palabra, oración, manifestación de los dones del Espíritu, amor fraternal, amor por las almas que se pierden, por eso en ese contexto se invita al no creyente para que pueda ver in situ el amor que nos tenemos que profesar los unos a los otros (Jn. 13: 35). Castellanos argumentará acerca de las que llama “células abiertas”, que son las de enfoque evangelístico, pero eso no viene aquí al caso ahora.
¿En qué se parece ese escenario de arriba, al de las células de a doce de Castellanos? En muy poco, sino en nada, porque el enfoque y razón de ser de las células de su “visión”, en lo que denomina “células cerradas”, no es más que en definitiva la formación de su concepto errático de “líderes”. “Líderes” cacicales que a su vez lleguen a formar más “líderes”, y que a su vez estén bajo otros “líderes”, llegando a obtener lo siguiente a la postre:
* Toda una estructura jerarquizada piramidal.
* La eliminación de los que no llegan a ser formados como “líderes” (ya que, a diferencia de los que postula Castellanos, en cuanto a que cada creyente es un líder en potencia, eso no es cierto), por lo tanto:
* La formación de un sistema excluyente y clasista.
* La eliminación de la enseñanza de la Biblia como tal, ya que se prescinde de su estudio exegético por la implementación de la doctrina de la “visión”.
Toda una estructura jerarquizada piramidal.
En cuanto a esto último, el énfasis es avasallador. Castellanos escribe acerca de los requisitos de la célula de “éxito”:
“El líder debe conocer la visión, y saberla transmitir. El anfitrión debe estar comprometido con la visión, no sólo conocerla, sino estar desarrollándola” (14)
¿Es todo esto la Iglesia de Jesucristo? ¡No! Es más bien la pretensión de destrucción de la misma. ¡Gracias a Dios que hay verdaderos siervos de Dios, no “líderes” cacicales, sino verdaderos responsables y colaboradores con Cristo, que no han doblado su rodilla ante esta nefasta “visión celular”! Esperamos que haya otros que salgan de en medio de ella.
4. Los miembros…las células, ¡qué confusión!
Castellanos escribe:
“La Iglesia es el cuerpo de Cristo, un cuerpo es formado por células, el DNA de la célula es el propio Cristo…la célula es parte vital en el cuerpo de Cristo” (énfasis nuestro) (15)
Efectivamente, la Iglesia es el cuerpo de Cristo, pero, así como un cuerpo está formado por células, el cuerpo de Cristo NO está formado por células, sino por miembros:
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Decir que el cuerpo de Cristo está formado por células, como si estas fueran los miembros, es una artimaña de error. Cada creyente verdadero es un miembro del cuerpo de Cristo, y a diferencia de las células del organismo que se multiplican por partición, los creyentes no nos “partimos”, sino que cada uno constituimos parte integral del cuerpo de Cristo, y es Cristo quien añade nuevos miembros a Su cuerpo místico, que es la Iglesia. Todo eso nada tiene que ver con las células de Castellanos ni su filosofía.
Sigue escribiendo Castellanos acerca del supuesto valor y obra de sus células:
“Es en las células que se muestra la pureza de la vida, la fuerza de su poder transformador, su poder de penetración en la sociedad, su influencia para el cambio de valores, su vigor evangelístico, su servicio en la comunidad, su militancia en el implantar el reino de Dios en la tierra”. (16) (énfasis nuestro)
No es en las células, sino en los miembros del cuerpo de Cristo, que somos cada uno de los creyentes verdaderos. Cada miembro del cuerpo de Cristo ha de mostrar pureza; el poder transformador del Espíritu Santo en su vida; a Dios, quien nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento (2 Co. 2: 14, 15). Ha de mostrar vigor evangelístico, servicio a su comunidad, y militancia, no para implantar el reino de Dios en la tierra, lo cual literalmente hará Cristo en su venida gloriosa, sino para espiritualmente manifestarlo por doquier.
Castellanos confunde los miembros del cuerpo de Cristo con sus células que nada tienen que ver, ni con aquéllos, ni con los grupos hogareños de estudio de la Biblia, ni con la verdadera Iglesia de Jesucristo.
Además, el concepto de célula de Castellanos no es en absoluto bíblico, sino que es profundamente secular, y curiosamente él lo reconoce así:
“La célula puede desafiar los poderes de los gobiernos, es la palanca apropiada para abrir la fuerza de cualquier status quo, no importa si escogemos lo primitivo o el calvinismo del siglo XVI, o el comunismo moderno, esta parece ser la manera más adecuada por la cual un grupo de personas puede abrir un nuevo capítulo en la historia de la civilización” (énfasis nuestro) (17)
Este es otro fútil intento de adecuar lo profano a lo santo, para supuestamente ayudar a la obra del Evangelio.
Cristo es el Cabeza de Su Iglesia
Pero Castellanos no deja de intentar persuadirnos de su error. El dice en su libro “Escalera de Éxito”, que “Jesús…comienza a dirigir la célula como la cabeza” (18). Sin embargo, Cristo no es cabeza de las “células”, Cristo es mucho más que eso, Él es el Cabeza del cuerpo, el cual está constituido por sus diferentes y variados miembros, que somos todos los creyentes.
Queremos decir con todo esto, que por mucho que Castellanos lo pretenda, Cristo no diseñó su Iglesia basándola en células, la diseñó basándola en miembros, y cada miembro de su Iglesia es cada creyente renacido (Jn. 3: 3)
Las células, son otra manera de organizarse, pero no es este el verdadero modelo de la Iglesia de Jesucristo, sino otra cosa.
5. La visión celular del G12; lo último en control
Hacemos un profundo énfasis en todo esto por lo siguiente: Cuando Castellanos pretende confundir los miembros del cuerpo de Cristo por sus células, está enviando un mensaje subliminal: Las células sustituyen a los miembros. Eso tiene una implicación muy importante.
Es el Espíritu Santo el que gobierna y debe gobernar a cada miembro del cuerpo de Cristo, pero cuando se sustituye al miembro, por la célula, tenemos que esta es gobernada por un “líder” humano que tiene “sus” doce, según el modelo de gobierno de doce.
Entonces vemos implementado de facto, un gobierno de control humano, en vez de un gobierno teocrático en la vida del creyente por parte del Espíritu Santo; ¡qué extremadamente sutil, a la vez que destructivo es todo esto!
Cuando se entra en esa dinámica de dominio, se transmite un “temor al líder”, por encima del temor a Dios, haciendo que, en este caso, los seguidores del G12 tengan más presente la opinión y dictado de su líder inmediato que lo que el Espíritu Santo tenga que decir directamente o través de la misma Palabra de Dios. Es evidente que se pretende utilizar las células como un elemento y herramienta de control sobre el creyente. Como escribe el Hno. Pr. Gustavo Furnier:
“Estas corrientes que están surgiendo entre nosotros, lejos de ser estrategias de crecimiento, están fomentando un "liderazgo perfecto", basados en el temor y en los secretos, creando escalafones y rangos dentro del cuerpo de Cristo, ya sea doce principales, doce alternos o como se llamen. Todos estos principios son enteramente masónicos” (19)
El temor al líder por encima del temor a Dios, es una constante en el planteamiento de las células de gobierno de a Doce. En la mente del seguidor del G12, su líder viene a ser casi como un semi-dios; muchas veces “líderes” que ni siquiera han nacido de nuevo. El siguiente es el testimonio de una líder de la M.C.I. (Misión Carismática Internacional) de Bogotá, la iglesia madre fundada por Castellanos. Esa hermana, pasó muchos años en esa institución religiosa, hasta que por fin decidió salir:
“Para asegurarse de que nadie se rebele, entonces desde el púlpito se enseña con temeraria insistencia que EL QUE TOQUE EL MANTO DEL UNGIDO (que en este caso no sería Cristo, sino el pastor o el Líder) CAE EN MALDICIÓN, César es a la membresía MCI, lo que el Papa a los católicos: infalible. Tocar este nombre, para un miembro, es como chuzarle un ojo con una aguja. No lo tolera. Les duele mucho” (20)
En ese mismo testimonio que tengo por escrito, la hermana sigue diciendo, dando algunos puntos que se implementan en la M.C.I.:
• Doctrina de la Prosperidad.
• No se deje imponer las manos de cualquiera, sólo de su Líder; hay transferencia de espíritus.
• No le pida consejo a nadie, sólo a su Líder.
• Te prohíben tener comunión con otras iglesias.
• La MCI es la única que enseña a un creyente a ser maduro, líder y conquistador.
• Para ser Pastor debes completar 500 Células.
• Desarrollar los 5 ministerios, lo constituye en Apóstol.
Si nos damos cuenta, el planteamiento de la “visión celular” de Castellanos es absolutamente sectario, centrado en el líder inmediato como mediador indispensable entre el liderado y supuestamente Dios. El Rev. Mario E. Fumero escribe lo siguiente acerca de lo sectario:
“Por regla general estos grupos giran en torno a la visión de su líder, el cual se vuelve "iluminado" y sagrado en sus proclamas. Sus adeptos se vuelven seguidores de hombres, más que de principios. Estos líderes sectarios usan el ocultismo y la manipulación mental, con técnicas muchas veces psicológicas o metafísicas. Actualmente el mundo evangélico se encuentra amenazado por estos apóstoles iluminados que se hacen poseedores absolutos de una verdad que obedece a sus deseos de poder y no a un principio bíblico sólido”
Y sigue argumentando al respecto el Rev. Fumero, hablándonos de las consecuencias de seguir los planteamientos sectarios:
“El otro movimiento, más sutil e infiltrado en las iglesias evangélicas es fundado por el Dr. César Castellanos y el cual se llama "El Gobierno de los doce" o más conocido por G-12. Este movimiento divide y destruye iglesias denominacionales e incluso separa las familias. Conozco casos de personas que al participar en los "encuentros" de estos movimientos, se radicalizaron al punto que rompieron la comunión con su propia familia, porque estos no aceptaron esta llamada Visión de Castellanos”. (21)
Tricia Tillin, teóloga y autora británica de muchos y muy buenos artículos sobre apologética, escribe de este modo al respecto del G12:
“Abiertamente definido como un programa de discipulado, el G12 es seguramente lo último en control. Sin embargo, el programa se nos presenta como la mejor manera, si no la única para ganar el mundo para Cristo” (22)(énfasis nuestro)
Cuando cada líder toma la representación de Cristo, es como que viene a ser un cristo que tiene sus doce. A pesar de lo terriblemente blasfema que es esta acepción, Castellanos lo defiende asegurando que así como Cristo el Señor tuvo sus doce, cada uno de sus doce tuvo sus doce, así, de la misma manera, cada creyente debería ser líder de sus doce, siguiendo el ejemplo del Maestro, pero sabemos que eso no es cierto. Ninguno de Sus apóstoles tuvo sus doce. Ningún ser humano puede tomar el lugar de Jesucristo sobre la tierra, y sin embargo, en esto consiste en realidad la “visión celular de gobierno de doce” de Castellanos, Cash Luna, etc.
Jesús discipuló a sus doce (y uno fue traidor), no para “tomar la tierra” o “conquistar las naciones”, sino para que se llevara el mensaje de salvación a las naciones y a los individuos de las naciones, lo que llamamos la Gran Comisión.
Nadie puede tomar el lugar de Cristo sobre la tierra. Está muy claro en la Biblia que es el Espíritu Santo el que lo ha tomado (Juan 14: 25, 26), y no los apóstoles, ni subsidiariamente los líderes del G12 o similares. Sin embargo la filosofía y espíritu de la célula de gobierno de doce de Castellanos es un fútil intento de apropiarse de lo que le pertenece a nuestro Señor y a Su bendito Espíritu Santo. El Gobierno le pertenece al Espíritu Santo, y no a los “líderes”. Espero que todo esto se haya podido entender bien.
6. Resumiéndolo en algunos puntos
1. ¡El fin no justifica los medios! A la hora de llevar adelante la obra de la Gran Comisión que Jesús nos mandó realizar, deberemos hacer las cosas al modo de Dios, y no al modo de los hombres.
2. Los grupos caseros de estudio de la Biblia, donde los creyentes de una congregación, en grupitos se encuentran en diferentes hogares, y tienen un tiempo de koinonia, oración, evangelismo, estudio de la Palabra, etc. son una buena idea.
3. Las células de Castellanos, no son los aludidos grupos hogareños en absoluto.
4. El fundamento de la Iglesia de Jesucristo, es Jesucristo mismo, y no las células.
5. Consecuentemente, y a diferencia de lo que Castellanos enfatiza hasta el paroxismo, la Iglesia NO debe estar centrada en la estrategia celular, sino en Jesucristo y en su Palabra.
6. La filosofía de las células como tales, parte de un posicionamiento postmilenarista, el cual enseña que el Reino es antes del Rey, siendo la Iglesia protagonista de un actual y supuesto avivamiento y reforma mundiales, y no Cristo en su venida gloriosa.
7. Este es el engaño del diablo, y su intentona de establecer su Nuevo Orden Mundial utilizando todo lo que pueda del movimiento carismático y (o) similar, incluidas las células como instrumento de control sobre los creyentes.
8. La célula de Castellanos es la representación elemental de estructura del falso gobierno teocrático que pretende acaparar a toda la Iglesia de Jesucristo.
9. El cuerpo de Cristo no está formado por células, sino por miembros (1 Corintios 12: 12, 14)
10. Castellanos confunde los miembros del cuerpo de Cristo con sus células que nada tienen que ver, ni con aquéllos, ni con los grupos hogareños de estudio de la Biblia, ni con la verdadera Iglesia de Jesucristo.
11. El concepto de célula de Castellanos no es en absoluto bíblico, sino que es profundamente secular.
12. Castellanos está enviando un mensaje subliminal: Las células sustituyen a los miembros.
13. Cuando se sustituye al miembro por la célula, tenemos que esta es gobernada por un “líder” humano que tiene “sus” doce, según el modelo de gobierno de doce, entonces vemos implementado de facto, un gobierno de control humano, en vez de un gobierno teocrático en la vida del creyente por parte del Espíritu Santo.
14. Se pretende utilizar las células como un elemento y herramienta de control sobre el creyente.
15. El temor al líder por encima del temor a Dios, es una constante en el planteamiento de las células de gobierno de a Doce.
16. Ningún ser humano puede tomar el lugar de Jesucristo sobre la tierra, y sin embargo, en esto consiste la “visión celular de gobierno de doce”: Que cada creyente se transforme en un líder que tenga sus doce, como Cristo tuvo sus doce. Ese es un planteamiento blasfemo.
Bendiciones para todos.
© Miguel Rosell Carrillo, Pastor de Centro Rey, Madrid, España.
Noviembre 2006.
el amor y la admiracion no deveria tocar bajo ningun punto de vista
yo personalmente soy un "discipulo"
y tengo un lider amo a cristo y jesus pero el lider es amigo es alguien que ah estado mas tiempo en cristo y puede orientar a auellos que recien aprenden de Dios o que han vivdo una vida llena de decepciones y falta de amor
es solo una opinion por lo ultimo que ley no tuve tiempo de leer todo
bendiciones :)
cristo y jesus es el mismo disculpen me equivoque :P
exelente articulo, soy de chile y he vivido in situ todo lo q relatas en tu exposicion, que DIOS te bendiga varon por este trabajo de difusion, que expone lo HEREJE, SECTARIO Y MASONICO DE LA VISION CELULAR,acabo de salir de una de esas iglesias cuando me di cuenta del ocultismo que ocupan en los encuentros en sus simbolismos misticos de ciertos ritos supuestamente liberadores que tienen.
Dios te bendiga
lo repito exelente trabajo